sábado, 17 de septiembre de 2011

Rutas negras.

Largo tiempo hace ya de mi destierro y muchos pecados son aun los que quedan por cumplir, largas sendas con piedras que hacen que caiga una y otra vez... nada tiene ya sentido y quiero morir. El camino cada vez es más pesado y duro de superar y siento el vacío en mi, nada por lo que luchar, nada por lo que vivir, la soledad pesa y quiero morir. Largo tiempo hace ya de las sonrisas de la gente y los abrazos de una familia pero ahora nada me queda y busco mi escalera al cielo y me siento desgraciado por saber que no conoceré jamás el amor... Paso a paso, día a día, mes a mes, mi vida pasa sin cambios, sin emociones y cada vez me siento más vacío por dentro, y no siento ni el frío, ni el calor, ya no soy humano. Pero al fondo brilla una luz, es una luz brillante como la oscuridad en la que he estado todo este tiempo sumido, una silueta reina en medio de la brillante luz, un silueta con alas y una cabellera dorada como el propio oro, una tez pálida pero preciosa y en centro de su cara dos zafiros azules como el cielo dan paso a dos labios que parecen estar hechos de miel debido a su increíble dulzura, esa silueta con forma de ángel me ofrece su mano y sin dudarlo acerco la mía para que me lleve junto a ella, cuando nuestras pieles se van a fusionar par ser una sola en el firmamento desaparece y me quedo atónito ante tal situación, no fue más que la sombra de una ilusión lo que vi, no fue más que la esperanza de seguir luchando por conseguir el amor, porque si algo me enseño ese momento es que el amor no es algo efímero, el amor es un sentimiento único, una sensación que nadie es capaz de explicar y por el amor lucharé hasta el final de mi vida.

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