miércoles, 25 de enero de 2012

Montaña de libertad.

Cansado, largos caminos, grutas, senderos, sendas, periplos y aventuras has recorrido, buscando un único final, el amor. Perdido entre laberintos de dudas te encuentras, laberintos de los que no puedes escapar y sientes como la impotencia sale de tus labios en forma de un estallido de expresión. Nada puedes hacer, pues cuanto más buscas la salida, más lejos se halla. Tras largos años de búsqueda, al final, encuentras una puerta, con rosas en sus dos laterales, tu cuerpo siente algo extraño, siente el afán por conseguir llegar a esa salida y sin pensar corres hacia ella, ya está, sientes como frío acero con el que se forjó la puerta roza tu piel, como tus labios rozan los labios de tu amor, cuando la abres no hay nada, un vacío profundo se muestra ante tus ojos y tu corazón cae en las manos del dolor y sufrimiento, tras años de búsqueda de la felicidad, en aquella salida te das cuenta que las ilusiones fueron en vano, que tu esfuerzo no se ve recompensado y tumbado en el suelo lloras, lloras porque nada puedes hacer, ni tienes ganas de hacerlo... Mientras lloras, la fría oscuridad que hay frente a tus ojos se desvanece y un rayo de luz encuentra tus ojos y ahí lo ves, la salida que tanto tiempo buscaste, la mirada de aquella persona que te hace sentir libre de preocupaciones y de agonías. Aquel mar de dudas, laberinto de pasados recuerdos dan paso a un cielo blanco y azul como aquel que soñabas cuando sólo había oscuridad. Sientes como el viento roza tu pelo y sientes que eres libre, no hay cadenas que te aten a un amor perdido o un amor mal avenido. Sólo tú y tu sentimiento de amor por lo que quieres, amor por lo que luchas y aquello que el amor ha hecho que seas, tu viaje acaba aquí, pues de la mano del verdadero amor jamás habrá momento para la oscuridad, para el sufrimiento o para que las aguas del dolor nazcan de tus ojos como un día lo hicieron. Porque la esperanza te recompensó con aquello que tanto buscabas, tanto anhelabas, tanto soñabas, aquello por lo único que merecía la pena vivir, por el amor, por esas cuatro letras que son capaces de hacerte la persona más feliz y más triste a la vez, pero para ti ya no hay tristeza porque ahora en tu amor solo habrá felicidad, armonía, respeto. Porque tu amor será el envidiado por todos, porque tú lo quieres y tú has luchado por él. Porque el amor es y será el pilar que sostenga tu corazón.

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